viernes, 11 de diciembre de 2009

Nuevamente en las marquesinas

La publicación, para celebrar el 90 aniversario de la Universidad Michoacana

Presentan Antología de poetas nicolaitas. Siglo XX; la edición tiene imprecisiones, critican
La obra estuvo a cargo del Archivo Histórico y la Escuela de Lengua y Literatura Hispánicas

V CARLOS F. MÁRQUEZ

El Archivo Histórico y la Escuela de Lengua y Literatura Hispánicas, para celebrar los 90 años de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, se dieron a la tarea de recuperar las voces poéticas del siglo pasado. Esa iniciativa se materializó en el libro, Antología de poetas nicolaitas. Siglo XX; sin embargo, la suma de errores e imprecisiones que contiene la hacen una edición fallida, pues no sólo da por muerto a un autor vivo, sino que atribuye versos del dominio popular a un autor que nunca escribió poesía, entre otros datos falsos que no admiten erratas.

Esta antología, coordinada por María de la Paz Hernández Aragón, se publicó bajo el sello editorial del Archivo Histórico de la UMSNH y se puede leer en Internet (http.//dieumsnh.qfb.umich.mx/antologia de poetas nicolaitas.htm). El objetivo de la edición era incluir “a los autores que habían quedado fuera de las recopilaciones que hicieran los doctores (Cayetano) Andrade y Arreola Cortés, e incorporar a los nuevos escritores del siglo XX, que estuvieran dispersos en revistas y periódicos y en un momento dado ampliar las biografías de aquellos cuyos datos eran incipientes”, según refiere la antologadora en la introducción al libro.

Cabe destacar que, para la realización de este proyecto, se invitó a profesores universitarios que no pudieron participar, por ello se solicitó el apoyo de estudiantes de la Escuela de Lengua y Literatura Hispánicas que realizaron la recopilación de poesías en periódicos y revistas universitarias; “una vez que se tuvo la información, se procedió a la búsqueda de las biografías de esos autores. Se revisaron antologías, historias de Michoacán, la Hemeroteca Mariano de Jesús Torres, la Bi-blioteca Luis Chávez Orozco, el Archivo Histórico de la Universidad Michoacana y otras bibliotecas morelianas, sin poder encontrar datos acerca del lugar de nacimiento, padres y estudios realizados en el ámbito universitario, razón por la cual muchos de los autores no pudieron incluirse en esta Antología”, precisa en la edición la ex directora de la Escuela de Lengua y Literatura Hispánicas, María de la Paz Hernández Aragón.

No estaba muerto…

“Me causa risa este libro porque tal pareciera que yo vengo de ultratumba a hablar contigo de algo que a mi me sorprende, entonces ya no sería entrevista, sino una sesión espiritista”, refiere Arturo Molina que de un plumazo fue borrado de esta tierra en la antología que lo da por muerto, pese a que vive en Morelia y que mantiene una actividad pública a través de su revista, El Centavo.

Molina García es uno de los antologados y sobre él hay una referencia problemática en la introducción al libro: “Logramos reunir a treinta poetas nicolaitas del siglo XX, nacidos en Michoacán, con excepción de tres, el ingeniero Carlos Torres Plank, originario de Guadalajara, Jalisco; el profesor Arturo Molina García, procedente de la ciudad de México y la profesora Lucinda Rivas de Guatemala. Los dos primeros se establecieron en Michoacán, desde sus años de infancia, realizaron sus estudios en el Colegio de San Nicolás y se desempeñaron como profesionistas egresados de la Universidad Michoacana; los dos fallecidos en la ciudad de Morelia combinaron su trabajo diario con el placer de la creación artística”.

Arturo Molina cuestiona si en realidad hubo investigación para sustentar la antología, pues advierte que los errores no terminan ahí, pues además de las equivocaciones en la transcripción de los poemas que cambian el sentido de algunas frases, no hubo una revisión cuidadosa de las fuentes de las cuales se extrajeron los poemas.

“Aparece en la antología mi papá, Salvador Molina Martínez. Me llamó mucho la atención porque sé que mi papá se dedicaba más a la crítica y la opinión, pero que yo recuerde nunca escribió poesía. Lo más grave es que los poemas de su supuesta autoría fueron tomados de la revista Letras Nicolaitas y yo encontré el número que están citando como fuente, pero confundieron todo porque en una página aparece la ficha biográfica de mi papá hasta 1952 y es la que ellos vacían en la antología, pero luego ponen unos poemas”.

Arturo Molina precisa que los “poemas” que se le atribuyen a su padre fueron extraídos de la página subsecuente a la biografía de Salvador Molina, en la que se publicó un artículo de Raúl Arreola Cortés titulado La Canción Popular, en el cual hace una reseña de un libro de Vicente T. Mendoza y transcribe algunos versos de canciones populares de Michoacán. El motivo de la confusión, según refiere Arturo Molina, es que en dicha página no aparece el artículo firmado, pero bastaba con consultar el índice de la revista para darse cuenta que se trataba de una colaboración de Arreola Cortés.

Continúan las precisiones en voz de Arturo Molina: “un triple play para los tres outs de un jalón es que ponen a Epigmenio Avilés y Avilés como poeta nicolaita. Conozco toda su obra y dos números de El Centavo han estado dedicados a Epigmenio. Él nunca cursó ni secundaria ni preparatoria en el Colegio de San Nicolás. Siempre fue periodista y poeta, director por muchos años del Periódico Oficial del Gobierno del Estado”.

En razón de las imprecisiones mencionadas anteriormente, el director de El Centavo considera que esa antología no debió publicarse puesto que no aporta nada a la literatura michoacana y no le hace justicia a la tradición humanista de la UMSNH que “tuvo excelentes literatos dentro del contexto regional y el término nicolaita es una carga muy pesada históricamente hablando porque la formación de los nicolaitas fue siempre por el perfil humanista, más que por el lado científico-tecnológico. Desgraciadamente el humanismo en la universidad va de capa caída y cada vez más para abajo, parece que no tiene solución”.

Por defecto, el cometido que se habían impuesto al realizar la Antología de poetas nicolaitas. siglo XX sigue pendiente, por lo que Arturo Molina manifestó: “La antología es una tarea que debe hacerse y más porque ahora hay una escuela de letras, pero esta antología quiere decir que de nada sirve que haya una escuela de letras si no hay rigor académico para la investigación”.

*Tomado de "La Jornada Michoacán", jueves 10 de diciembre del 2009

3 comentarios:

Alberto Luquín dijo...

Ah, una desdicha que Letras no figure por algo más que dislates. Por desgracia, en Letras los alumnos rara vez comprendimos algo del proceso de investigación. O nos enseñaban métodos inaplicables o reducían a receta de cocina sistemas ideológicos y epistemológicos complejísimos. O, peor aún, se prohibía la exploración de cualquier posibilidad que no fuera la misma receta de cocina de siempre, aunque teóricamente esté obsoleta.

Triste consecuencia de reducir lo académico a una actividad política y ridículamente pseudorevolucionaria. Por desgracia, no sólo en las universidades, quienes hace 40 años clamaban por una revolución ahora sólo piensan en vivir del presupuesto y ejercer un poder que a nadie más le importa...

Alberto Luquín dijo...

Diablos, se me fue una r: "pseudorrevolucionaria". Mea culpa...

Beatriz dijo...

¿Por qué no se mencionará para nada a la otra persona que esstuvo encargada de la edición?
¿Quienes habrán sido los célebres alumnos involucrados?
Se entiende que los estudiantes no son investigadores perfectos y pueden equivocarse, pero también habrá que tomar en cuenta a la hora de elegir colaboradores el desempeño y manejo del lenguaje del estudiantee y no sólo su capacidad para hacer la barba o su necesidad de vivir del presupuesto.