miércoles, 29 de abril de 2009

Otras recomendaciones de lectura...

Ante la avalancha de teorías de la cosnpiración, presento una trilogía de enlaces. El primero apareció en el blog El retorno de los charlatanes (http://charlatanes.blogspot.com/2009/04/la-gripe-porcina-y-el-desastre.html), del escritor, periodista y divulgador científico Mauricio José Schwartz; el segundo, en La corte de los milagros, de Martín Pereira, "Pereque" (http://cortedelosmilagros.blogspot.com/2009/04/influenza-porcina.html). El tercero es un poco más relajado, pero igual de oprotuno. Aparece en el blog Esta maraña de contradicciones: http://alephinfinito.blogspot.com/2009/04/datos-de-la-influenza-mientras-son.html
Detengámonos a pensar un poco. Es cierto que el circo de los medios ha explotado el asunto hasta la saciedad y el hartazgo. Es cierto que muchos hacen agosto con vacunas, geles desinfectantes y tapabocas. De todos los casos que se han presentado, ha habido pocos muertos. Incluso, el porcentaje de pacientes que presentan este nuevo virus es relativamente bajo, pues casi todos padecen influenza estacional o resfriados comunes o faringitis, también comunes. Pero la conspiranoia tampoco es opción. La conspiranoia es un fenómeno religioso: se trata de creer sin evidencias y predicar que la versión del creyente es la única verdadera, pues posee un conocimiento vedado al resto del mundo. Que si Obama, que si la nueva dosis personal legal, que si PEMEX, que si la reforma judicial, que el Nuevo Orden Mundial (como si el que tenemos no bastara para jodernos a todos)... de momento son estupideces sin sentido. Mezclar a una pensadora como Naomi Klein con la posibilidad de que el virus sea un rumor o un producto de laboratorio es charlatanería pura, pseudociencia, mierda sustanciosa para aquellos que no saben y no se molestan en investigar cómo y por qué surgen los procesos infecciosos ¿O acaso debemos creer también que la peste bubónica del siglo XIV, el SARS o la influenza española de entreguerras fueron producto de conspiraciones mundiales?
La conspiranoia y el pánico sólo encubren una cosa: la ineptitud de nuestras autoridades ¿Por qué sólo en México la infección se ha ensañado tanto, por qué las contradicciones oficiales, por qué en el resto del mundo han muerto menos? Recurramos a Ockam y su navaja, donde la respuesta más simple es la mejor: porque desde hace mucho tiempo la ciencia y la tecnología están en el olvido, porque vivimos en un país donde la seguridad social es lo de menos, porque la corrupción e indolencia de nuestras autoridades no fue capaz de establecer estadísticas y cercos sanitarios a tiempo, ni de mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.

No hay comentarios: