miércoles, 20 de febrero de 2008

Habladurías...

Ya la hermenéutica heideggeriana nos advierte sobre el grave riesgo de hablar desde lo que se desconoce. Algo parecido ocurre con nuestro reglamento: muchos se oponen sin siquiera conocerlo, con argumentos infundados que sólo provocan un repudio acrítico. Veamos algunos:
1. El nuevo reglamento hace cai imposible titularse.
Al contrario. De hecho, lo simplifica. Quien quiera titularse por tesis, lo seguirá haciendo. Quien opte por cualquiera de las otras opciones, siempre y cuando lo permita su historial académico y se acomode a sus pretensiones, también podrá.
2. Con el nuevo reglamento, cualquiera se titula.
A ver. Para empezar, o lo hace más difícil o lo simplifica. Aquí sí ya no entendí. De hecho, existe un freno: quien no reúna un promedio mínimo está obligado a hacer una tesis. Y eso es todo menos fácil. Que haya maestros barcos no es problema del reglamento, sino de alumnos que abusan de su filiación política o de la permisividad del docente para no hacer absolutamente nada en seis meses y aprobar con notas decentes tras presentar, por ejemplo, un examen sencillísimo y un reporte de cada lectura, aunque no la hayan comprendido.
3. Ya no se van a hacer tesis.
Cual maestro zen, respondo con otra pregunta: ¿y cuántas se han hecho, oh, iluminados? Porque, a saber, hacer un "Análisis sociocrítico de Perico de los Palotes" no será nunca una tesis si no existe un compromiso discursivo con una hipótesis a demostrar. Si esa hipótesis se reduce a analizar por analizar, entonces no tenemos una tesis. Tenemos un trabajo de fin de semestre con muchas, muchas páginas.
Segundo: ¿y por qué no? Existen líneas de investigación que exigen la realización de la tesis. Si, por ejemplo, quiero plantear el problema de la configuración de occidente a partir de la literatura del renacimiento, no queda de otra.
4. Se acabaron los posgrados.
Como dijo un célebre asno: "Eso era en los tiempos de antes". La tesis como requisito indispensable para el ingreso a posgrado ha dejado de ser un requisito en muchas universidades, sobre todo a partir de la instauración de doctorados directos, encaminados a formar investigadores.
5. ¿Cómo vamos a dejar de escribir tesis en una Escuela de Letras?
Por si no ha quedado claro, no se van a acabar las tesis. Por lo demás, ¿acaso redactar una tesina, un estudio crítico, una memoria o los ensayos de un curso no requieren de un desarrollo mínimo de niveles de lectura, escritura y argumentación? ¿Es válido agarrar la hojita del método cual receta de cocina, decir "Voy a hacer un análisis del primer libro en español que se me atraviese" y proclamar a los cuatro vientos que ya se tiene una tesis?
No podemos, como aquel pobre que en una clase quiso hablar de la presencia de Einstein en Proust (¡¿?!) sin haber leído a ninguno de los dos, hablar desde el rumor. Eso sí es irresponsable.

No hay comentarios: