Y es que Hegel, aunque no nos guste, nos salva de la estupidez. Hace poco entré a un blog que se llama a sí mismo combativo, alternativo, etcétera. La larguísima tirada de adjetivos que a fin de cuentas engloban bajo la etiqueta (pues es una etiqueta conceptual) de contracultura.
Para definir la contracultura, tenemos que saber qué es la cultura. Existen dos conceptos fundamentales: uno, plenamente moderno, que define a la cultura como todo aquello que no pertenece al mundo natural; visto así, encontramos que la cultura es el mundo de lo humano. La otra viene del totalitario Hegel, que con su devenir histórico nos presenta ciertas manifestaciones como la expresión más sublime de la cultura. Y está Nietzsche, a quien no se puede seguir porque no hace ni sistema ni evangelio, y que en vez de dar un concepto lo disuelve: la civilización es una enfermedad.
Contra Hegel se vuelve la contracultura. Pero, ¿no es este volverse contra una reafirmación del totalitarismo hegeliano? ¿no es la configuración de una nueva clase de totalitarismo?
PAPER CUTS
Hace 8 años
2 comentarios:
pasa el link pues, del blog aquel, pa' poder comentar pues...yo digo
El cierto fanzine con nombre de vampiresa... sólo que no llega a ni a parásito...
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